El Recomendador de libros de El Templo de las Mil Puertas y Komilibro son, respectivamente, una web y una aplicación móvil gratuita que nos pueden ayudar en la tarea de buscar un libro que nos guste, que se ajuste a lo que nos apetece leer en un momento dado. Son recomendadores de libros que no están controlados, en principio, por ninguna editorial, como es el caso, por ejemplo, de Librotea, del grupo Prisa. “¿Estás buscando algo que leer? Cuéntanos qué te apetece y el Recomendador te dirá qué título encaja con tus preferencias.” (Introducción del Recomendador de libros de El Templo de las Mil Puertas).

El Templo de las Mil Puertas es una revista online de literatura juvenil. No tiene fines lucrativos, ofrece el contenido de su página web con licencia Creative Commons (Sin obras derivadas) y tiene como única finalidad informar y entretener a sus lectores. Entre sus secciones hoy destacamos el Recomendador de libros. A través de preguntas tipo test el Recomendador va indagando en nuestras preferencias de lectura. Estas son aleatorias, es decir, no siempre aparecen las mismas y el sistema es bastante flexible. Una vez que se muestran los resultados se brinda la opción de consultar las reseñas de los libros para conocer su argumento y la opinión de la revista y de sus lectores.

Por otra parte, Komilibro es una app móvil gestada en Zaragoza que recomienda lecturas según intereses, estados de ánimo y preferencias en general. No requiere registro, si bien se recomienda entrar utilizando una cuenta de Google, por ejemplo, para llevar un seguimiento de las búsquedas, críticas, etc. La idea es convertirse en una rica bilioteca colaborativa. La navegación por la aplicación es atractiva, sencilla e intuitiva. Por el momento sólo está disponible para dispositivos Android.
Javier Calvo, el impulsor del proyecto, afirmaba en este artículo del Heraldo de Aragón: “Me venían alumnos que no sabían qué leer y me pedían ayuda para encontrar libros adecuados para ellos. Yo buceaba por internet en busca de recursos que les permitiese encontrar su libro perfecto pero no encontraba nada… así que me lié la manta a la cabeza y al final lo he impulsado yo junto a otro amigo de Zaragoza”.
