La consulta de fuentes es una práctica habitual y necesaria en la elaboración de cierto tipo de trabajos. Éstos en ningún caso pueden ser el resultado de un simple proceso de copia y pega, conteniendo cadenas de textos literales, y menos aún sin citar a los autores de los mismos. Sería plagio. En el artículo “¿Qué contenidos de la red podemos utilizar y cómo?” recordábamos dónde estaban los límites de utilización de obras con derechos de autor, y hasta qué punto es nuestra obligación como docentes educar a nuestros alumnos al respecto. Contamos con una serie de herramientas para detectar cuándo nos enfrentamos a un plagio que enumeraremos a continuación.